Del catálogo para la exposición en el Museo Rayo
Miguel González, curador.

La instalación en el espacio público del Museo Rayo esta vez recibe las obras mecánicas de Pablo Bartelsman. Nacido en Santiago de Chile en 1951 y radicado en Cali desde 1953. El ha estado interesado en la movilidad como elemento persuasivo, complejizando los mecanismos que animan plantas y animales, los cuales ofrece como argumentos.

Su formación autodidacta lo ha llevado a interesarse por la talla de madera y piedra, la forja y soldadura de metales. Esto ha conducido a que su trabajo sea el producto de elementos previamente elaborados como ruedas, tubos y demás implementos existentes en los cementerios de metales. Pablo Bartelsman conduce todo esto a una lúdica particular, en la que el humor y los elementos compositivos colaboran para darle a su trabajo un particular aire festivo. La maquina como tal es ironizada y se convierte en un artefacto humanístico  en la medida en que también niega su utilidad y se erige como paradoja.

Al redimir de los escombros todos los artefactos que componen los animales como el Antílope o el Mantis, Pablo Bartelsman ofrece una zoología fantástica que va acompañada del jardín mecanizado conformado por la Ceiba, la Palma Real y los Girasoles. La instalación de estos artefactos crea un conjunto persuasivo que evade cualquier teoría y apuesta por el candor y cierta inocencia como vehículos para seducir.

Aunque lo maquinal ha sido un interés particular a lo largo de la historia del hombre, la modernidad artística estuvo muy interesada en generar ironías en torno al fenómeno. La hibridación naturaleza-maquina que Pablo Bartelsman asume no solo es un guiño surreal sino el juego mecánico que se asocia tanto a la electricidad como a la brisa circundante que ejercen la función cinética.

Cada una de las piezas tiene su particularidad en su diseño y en los implementos que la conforman. Al ofrecerlas como conjunto se aprecian mejor los alcances de un trabajo que busca activar la imaginación del observador brindándole versiones estilizadas de especimenes botánicos o ejemplares del reino animal. Al ser recreados y vertidos a los metales consiguen reanimarse como especulaciones que causan extrañeza y reafirman a la vez las características de origen.